sábado, 24 de abril de 2010

CÉSAR VALLEJO Y EL HUMOR

CÉSAR VALLEJO explaya su humor sobre todo en su libro Poemas Humanos (1923-1938). La actitud de cáustica ironía hacia ciertas condiciones del ser humano va aunada con un abrazo fraternal en excelentes poemas: «Considerando que el hombre procede suavemente del trabajo y repercute jefe, suena subordinado. Comprendiendo sin esfuerzo que el hombre se queda, a veces, pensando,como queriendo llorar, y, sujeto a tenderse como objeto, se hace buen carpintero, suda, mata y luego canta, almuerza, se abotona. Considerando también que el hombre es en verdad un animal y, no obstante, al voltear, me da con su tristeza en la cabeza. Comprendiendo que él sabe que le quiero, que le odio con afecto y me es, en suma, indiferente. Considerando sus documentos generales y mirando con lentes aquel certificado que prueba que nació muy pequeñito le hago una seña, viene, y le doy un abrazo, emocionado. ¡Qué más da! Emocionado (de «Considerando en frío, imparcialmente...»).
Como puede comprobarse leyendo los versos anteriores, el sentimiento de lo contrario, típico rasgo del humor, no pudo ser mejor expresado.

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